En menos de un siglo, la población de la Tierra ha aumentado de 2 mil millones a casi 8 mil millones de personas. Durante los últimos 40 años, la población mundial se ha duplicado. Este rápido crecimiento poblacional ha generado mayores demandas sobre el entorno y ha planteado desafíos socioambientales significativos. La presión sobre los ecosistemas naturales, el aumento de los agroecosistemas, el crecimiento urbano, el desarrollo industrial y los megaproyectos de infraestructura han tenido consecuencias tanto positivas como negativas. Por un lado, han satisfecho necesidades y brindado oportunidades, pero también han causado transformaciones irreversibles, extinciones, calentamiento global y una disminución en la capacidad de los ecosistemas para recuperarse o rehabilitarse. Además, en los últimos dos siglos, y especialmente en las últimas cinco décadas, los avances científicos y tecnológicos han sido dramáticos.