Esta obra es una forma de afrontar un tema serio con cierto humor, intentando que el lector conozca realmente lo que son la corrupción y la malversación y, tras ello, sea capaz de juzgar a quienes caen en estas situaciones.
Inicia un acercamiento intuitivo y algo jocoso a las dos figuras analizadas para, después, de forma estricta y seria, definirlas y concretar su tratamiento en nuestro ordenamiento jurídico.
Sentadas esas bases, se presentan las que, a juicio del autor, serían las condiciones esenciales para que la corrupción y la malversación existan y se mantengan, analizando la responsabilidad no solo de los políticos, sino también, de la propia sociedad y de los individuos que la conforman.
Se completa lo anterior con un grupo de historias breves en las que, con cierto humor, se analizan situaciones cotidianas en las que aparecen la corrupción y la malversación, dejando claro que pueden presentarse en cualquier contexto y tener por actores a quienes menos imaginamos.
Pero, además, el autor pretende finalmente que el lector sea capaz de autoexaminarse en relación con ambos temas, la corrupción y la malversación, y conteste a la siguiente presunta:

¿soy un corrupto?