La pugna por los océanos resultó decisiva para el desenlace de la Primera Guerra Mundial, por más que haya quedado opacada por las grandes batallas terrestres que, entre trincheras y gases, han adquirido la categoría de mitos imperecederos. Sin embargo, a nivel estratégico, las grandes flotas se habían convertido en el vector que definía a las grandes potencias y su capacidad para imponerse en un conflicto que fue, en buena medida, de desgaste y resistencia. Acciones como el bloqueo británico de las costas alemanas, el épico enfrentamiento entre los buques pesados de la Royal Navy y la Kaiserliche Marine en Jutlandia, el fracasado desembarco de Galípoli o las inmisericordes campañas sin restricciones desencadenadas por los submarinos del káiser, no solo influyeron decisivamente en el resultado de la Gran Guerra, sino que contribuyeron a que esta se prolongara a lo largo de cuatro largos y sangrientos años. En el libro Lucha de gigantes. Una historia naval de la Primera Guerra Mundial, Roberto Muñoz Bolaños no solo explica las principales campañas, combates y acciones navales en todos los teatros de operaciones, tan dramáticos, sino que plantea una nueva historia de la Gran Guerra alrededor del eje naval: desde las causas que provocaron la contienda y la situación de las flotas de los beligerantes en 1914, a las dinámicas políticas, económicas y militares que definieron su posición a lo largo de estos años, los cambios en la estrategia naval y, finalmente, las consecuencias que se derivaron de la victoria aliada. Un planteamiento global e innovador sobre una lucha de gigantes decisiva, en la que titanes y lobos de acero, acorazados, destructores y submarinos pugnaron por decantar la balanza entre la Entente y las Potencias Centrales.
«Creo importante resaltar que el autor ha procurado en todo momento equilibrar tres aspectos: en primer lugar, no perder de vista el contexto global del desarrollo de la guerra, resumido útilmente al comienzo de cada capítulo. En segundo, no dejar que los datos técnicos, corazas, calibres o direcciones de tiro oscurezcan la experiencia personal de los combatientes, siempre presente en forma de numerosas y extensas citas literales de primera mano. Y en tercer lugar, tratar no solo los trillados y trágicos escenarios del mar del Norte, la guerra submarina, o los Dardanelos, sino dar voz a otros teatros menos conocidos. Ahora corresponde al lector juzgar todo ello. Pero creo que estamos ante un trabajo esforzado, riguroso, útil y relevante como obra de consulta, aunque al tiempo legible como una completa historia de la decisiva actividad naval en la Gran Guerra».
Del prólogo de Fernando Quesada Sanz