En esta cautivadora novela, el autor, el pediatra y coordinador médico del Hospital General Rural de Gambo, comparte con el lector sus reflexiones derivadas de las experiencias diarias en el hospital. Tras agotadoras jornadas laborales, plasma en el papel las diversas caras, edades, circunstancias y enfermedades que encuentra, tratando a cada persona con respeto, profesionalismo y dedicación. El relato destaca el trabajo de un equipo comprometido en brindar atención con alegría y eficacia, reflejo de una profunda motivación y entrega.
A lo largo de esta conmovedora obra, el lector se sumerge en una realidad a menudo silenciada u olvidada, que nos resulta desconocida y, en muchos casos, injustamente ajena. La ambulancia impulsada por un burro, las camas compartidas entre pacientes y las limitaciones en suministro eléctrico y oxígeno son ejemplos de las dificultades cotidianas que enfrenta este equipo profesional. Sorprendentemente, estas adversidades no disminuyen su energía ni su determinación para luchar diariamente por la salud de los habitantes de Gambo. La esperanza que prevalece en el hospital se convierte en una fuente de energía aún más poderosa que el generador de electricidad a base de carburante utilizado para obtener luz.
La obra revela una forma de cooperación que va más allá del paternalismo, expresándose como una relación «de igual a igual, de tú a tú». Además, nos recuerda principios fundamentales que los médicos no deben perder de vista: la humanización inherente a la medicina, la responsabilidad del estudio como compromiso con los pacientes, cuya salud depende en gran medida de los conocimientos médicos; y el acto médico entendido como un acto de amor hacia quienes sufren.
Iñaki Alegría busca rendir homenaje a sus colegas hospitalarios con esta impactante novela, destacando la labor admirable que realizan, mientras invita a los lectores a unirse a esta transformadora experiencia, modificando nuestra perspectiva y nuestros corazones.
El hillo conductor del libro, al igual que la vida del autor, es la compasión y el entusiasmo. Valores que forjan el camino que da sentido a sula vida en la entrega al prójimo