Este tratado analiza la manera como ha sido concebido y valorado el amor a lo largo de la historia, propone una definición del amor erótico necesaria para distinguirlo de otra clase de afectos, analiza sus relaciones con la sexualidad y con la muerte, y trata de esclarecer las razones y el alcance de su poder. La obra pasa además en reseña a los principales aliados del amor, representados por la belleza, la música, la mar, la primavera y la alimentación. Se trata de una ayuda muy valiosa, que no logra sin embargo evitar tropiezos como las infidelidades, la impotencia, la violencia y la locura amorosa. La última sección analiza las relaciones entre eros, logos y ley. Allí se intenta explicar la feroz represión a la que han sido sometidas a través de la historia algunas formas de erotismo, y se propone una ética amorosa, orientada a promover relaciones amorosas más justas, equitativas y placenteras. La obra termina con unos capítulos dedicados a las relaciones entre el amor y la amistad, a los filósofos más amigables con el amor, y a las peripecias del eros en el ocaso. El texto se alimenta de obras filosóficas, pero sobre todo de trabajos literarios y poéticos, en especial de la cultura griego-latina y del Renacimiento. El autor es bien consciente de que las variaciones sobre el amor representan un terreno inagotable, y en principio poco dispuesto a tolerar consejos, normas y leyes. Se sentirá sin embargo muy halagado en la medida en que el lector aprenda de manera placentera algo novedoso acerca de las relaciones amorosas, que le sirvan de ayuda para mejorar su vida afectiva.