En mayo de 1969, los obreros y estudiantes cordobeses tomaron la ciudad durante dos días. El Cordobazo, de eso hablamos, fue un hecho que empezó como una cosa -una huelga de los gremios cordobeses por reivindicaciones económicas- y se transformó en algo más: una huelga política de masas con características insurrecionales. Fue un momento en que la clase obrera dio un paso hacia la lucha política, con independencia de clase. Puede ubicarse en la línea que trazan las huelgas del Centenario, la Semana Trágica y más adelante las huelgas de junio-julio del 75 y el Argentinazo. Es decir, es fruto de una tendencia de la clase obrera a la acción directa de carácter insurrecional que aparece de forma recurrente en la historia. El Cordobazo fue el principio del fin de la dictadura de Onganía, pero, además, marcó el inicio de una etapa de la historia argentina signada por el fantasma de la revolución.