Azul cobalto, novela poética, se lee de una sola vez: arrastra, fascina, mueve, transporta hacia territorios conocidos y desconocidos. Se atraviesan puentes, lugares amenos, entre la naturaleza y las cosas de la vida, entre el amor y la locura. La experiencia analítica también se teje en una trama coloreada y no nos deja indiferentes. El relato traza una historia singular hecha de agujeros, sí, pero también de blancos de memoria. La contingencia del encuentro produce sorpresa y deja un signo. Y los hay numerosos, reales, literarios, surreales: Thomas Bernhard, Ottiero Ottieri, Gregory Corso...
"Entre poesía e ironía, Céline Menghi se adentra para dar un testimonio preciso de la devastación y del abismo que una mujer puede encontrar cuando el 'arquitrabe' de la vida vacila. Por esto, Azul cobalto, carta dirigida a las mujeres, está dedicado 'a las niñas' "(Mónica Vacca).