«Cuánto dura Quanto» era el eslogan de un suavizante. ¿Cuántas frases hemos heredado que han perdido su sentido al ser constantemente pronunciadas? ¿Cuántas palabras se han desemantizado por manoseadas? La idea con la que surgió cuánto dura cuanto y otros poemas fue darles una vida nueva, un sentido, una nueva patria, una nueva libertad, una nueva identidad incluso, sabiendo que patria, libertad o identidad son, ahora mismo, palabras llenas de borra que han sido borradas, como decía Gracián, de algunos hombres. Hay más patria en una nevera que en todas las banderas del mundo, hay más identidad en los armarios que en los sesudos libros y más libertad en un tendedero que en una sede parlamentaria. Vivir en ese ángulo; desde ese ángulo me basta.