La Administración basada en el conocimiento enuncia estrategias de gestión, objetivos y metas empresariales orientadas al desarrollo de una inteligencia ejecutiva que tiene relación con la creatividad, la innovación, la competitividad basada en competencias básicas, el cuidado del medio ambiente, el uso racional del conocimiento y la tecnología para la creación de valor, y el crecimiento económico que en el mediano plazo posibilite la elevación de la calidad de vida de la sociedad. Para ello considera la educación formal como un instrumento vital en la generación del conocimiento, que a su vez es su principal recurso que le permite obtener ventajas competitivas en un entorno caracterizado por la expansión de los mercados de bienes, productos y servicios.