Las costureras de la primera mitad del siglo XX, como los obreros y obreras de la confección actuales, se vieron obligadas a trabajar durante largas jornadas, con bajísimos salarios y en condiciones deplorables. A partir del estudio del desarrollo capitalista de la rama desde sus orígenes, y de las transformaciones en el proceso de trabajo, Silvina Pascucci analiza las condiciones de la explotación del trabajo femenino en la confección de vestidos. No sólo en los talleres privados y en el trabajo a domicilio, sino también en los numerosos talleres de costura instalados en los Institutos de Beneficiencia. La "caridad", promovida con fuerte entusiasmo por el Estado y la Iglesia de principios de siglo, resultó un fabuloso negocio gracias al trabajo de huérfanos, mujeres y pobres. El estudio muestra también que las costureras luchaban tanto por sus derechos laborales, como contra la permanente discriminación ideológica de los patrones y de sus compañeros de clase. El libro se convierte así en un instrumento útil para comprender la complicada relación entre el género y el trabajo desde una concepción de clase.