El deterioro ambiental ha llegado a niveles alarmantes. Y no se piense que ello es producido por "una supuesta naturaleza humana"; es el resultado de una organización social específica vinculada con una determinada visión política del mundo. "La primera causa del deterioro ecológico -nos dice Parrique- no es la humanidad sino el capitalismo, la hegemonía del elemento económico sobre todos los demás y la búsqueda desenfrenada del crecimiento".
El crecimiento se mide con una noción salida de la contabilidad en los años treinta del siglo xx: el producto interno bruto, un nuevo mito. Para la mayoría el crecimiento es sólo un aumento del pib. Pero definir así el crecimiento equivale a describir el calor como un aumento de la temperatura: se trata de una descripción sin explicación. El crecimiento contabiliza con rigor una parte cada vez más insignificante de las actividades humanas: los bienes y servicios, pero no su repartición; las transacciones mercantiles, pero no los vínculos sociales; los valores monetarios, pero no los volúmenes naturales; "el pib es tuerto en lo que se refiere al bienestar económico, ciego al bienestar humano, sordo al sufrimiento social y mudo respecto al estado del planeta".
El decrecimiento, por otro lado, es una reducción de la producción y del consumo destinada a aligerar la huella ecológica, planificada democráticamente con un espíritu de justicia social y preocupada por el bienestar. Debemos construir el poscrecimiento, esto es, una economía estacionaria en armonía con la naturaleza, en la que las decisiones se tomen de manera conjunta y en la que las riquezas se compartan equitativamente con el fin de prosperar sin crecimiento.
Este libro propone elegir lo menos, lo más ligero, lo más lento, lo más pequeño. Se refiere a un "decrecimiento sostenible y convivencial", que no es sólo una crítica del crecimiento económico sino también una exploración de la intersección entre la sostenibilidad medioambiental, la justicia social y el bienestar.
"Es el desafío de la austeridad, de la frugalidad, de la moderación y de la suficiencia. Pero, en efecto, se trata de un aterrizaje, no de un avionazo; de una dieta, no de una amputación; de una desaceleración, no de un alto total"