Sonia Arias López nació en un pequeño pueblo de Galicia llamado Vidul. Lleva a su gente y a sus tradiciones muy dentro sin dudar en expandirse con el cambio y la novedad. Esa combinación la hace capaz de crear un mundo propio del que descubriréis que no selecciona la parte buena, aunque es flexible con el lector proporcionando sugerencias.
Parte de su energía está recogida en los tres poemarios que ha publicado hasta ahora. La curiosidad la impulsa a tratar temas desde otra perspectiva, introduciendo a la autora en el terreno del relato, donde lo más delicado se mezcla con lo más violento. Te hará recordar la sonrisa más de una vez o, mejor aún, le dará voz.
Fiel a su promesa de aprendizaje, mantuvo un empeño constante en sus propósitos y llegó a uno de sus objetivos: lograr el título de Experto en Psicología Positiva Aplicada que otorga el Centro Universitario La Salle, basando su Trabajo Fin de Experto en las emociones.
Esta formación y su pasión por las letras quedan patentes en este libro, donde convierte lo cotidiano en especial, los recuerdos del pasado en actitudes positivas de la vida y la tierna voz de un niño en la inocencia que nunca deberíamos llegar a perder.
«Para ser sincera, el mundo no es precisamente lo que más necesito en días de incomprensión y furia. Pero nunca le haría daño».