Tanto las crisis financieras -la asiática de 1997 y de 2008, que sacudieron el sistema económico mundial- como los virajes políticos -las victorias electorales de la izquierda en Latinoamérica, la llamada "marea rosa" desde finales de los años noventa -, incluso la controversial elección del empresario y político Donald Trump como presidente de los Estados Unidos, facultaron con regularidad, en el discurso teórico y en la opinión pública, la pregunta por el fin de la era del neoliberalismo. Ante estos hechos cundieron obituarios y promesas de transformación, pues la muerte del neoliberalismo no se haría esperar. Sin embargo, en adelante, los procesos históricos se han mostrado más dinámicos que concluyentes, pues el neoliberalismo no solo ha sobrevivido a las crisis, sino que se ha repotenciado con ellas. La cuestión, por tanto, como se examina y reflexiona en Las siete vidas del neoliberalismo, radica, en primer lugar, en abandonar la caricatura del neoliberalismo como una simple creencia en el fundamentalismo de mercado, para así abarcar críticamente, en segundo lugar, su composición originaria, científica y economicista; la densidad y flexibilidad de sus redes intelectuales, culturales, políticas y familiares; las desavenencias y matices que tuvieron lugar en sus formulaciones teóricas de base; los think tanks con sus organizaciones y actividades, y la previsibilidad del movimiento de la vida y la conducta humana en el marco de los flujos mercantiles. ¿Cuándo terminará el neoliberalismo?, ¿cuándo la civilización capitalista? Son preguntas que surgirán una y otra vez, válidas incluso como deseo. Mientras tanto, la investigación y análisis sobre el neoliberalismo, como ocurre en este libro, articula su mérito menos en anuncios que en una certeza de arranque, a saber: que «las siete vidas del neoliberalismo no son pocas», pero tampoco infinitas.