Desde las políticas de la identidad hasta los estudios culturales, numerosas preocupaciones de la escena contemporánea se debaten en torno a la construcción de las identidades colectivas e individuales. Los procesos de hibridación cultural y la proliferación de formas identitarias se cruzan con redivivos nacionalismos y dinámicas de afirmación identitaria, en un escenario complejo donde parecen articularse y convivir identidades antiguas y modernas, entre sensibilidades futuristas y la constantemente renovada preocupación por el pasado. Durante cierto tiempo, la teoría de la historia pareció limitarse a una labor de clarificación epistemológica sin capacidad para plantear problemáticas concretas. Pero hoy es necesario volver sobre los procesos globales, las dinámicas de largo aliento y las interacciones complejas a nivel del mundo todo. La filosofía de la historia universal parece cobrar realidad material con la globalización y el mercado mundial. La teoría de la historia, en este marco, necesita preguntarse por las maneras en las que las narrativas colectivas y las formas de la memoria interactúan en la construcción de identidades.