Un chistoso de aldea (1905) es la última novela de Soledad Acosta de Samper. Después de la Guerra de los Mil Días y de la pérdida de Panamá, la autora decide volver a novelar la gesta de independencia, pero ahora lo hace desde la experiencia de vida de un campanero de Guaduas. La vida del protagonista que crea para su novela se entrelaza a cada paso con la lucha contra diversas injusticias, desde las violencias domésticas contra las mujeres hasta las cometidas por el virreinato español en las dos primeras décadas del siglo xix. Justo, el campanero, identifica estas injusticias y las enfrenta con astucia y con humor, y con nuevas formas de solidaridad. Quizá por medio de este entrañable personaje la autora intenta, una vez más -y después de cuatro décadas de escritura y de varias novelas históricas-, construir un tejido social que hiciera viable la nación en esos aciagos comienzos del siglo xx.