Julio Llamazares, curioso pertinente, pintor de paisajes geopoeticos, viaja en persona desde unos topicos linguisticos hasta sus origenes. Contrasta la lirica de la fantasia con la realidad prosaica. Desmitifica la toponimia mgica ponindoles rostro a los vecinos de carne y hueso que habitan esos lugares. Y no marcha solo en esta aventura. Le acompaa un imaginero de semblanzas, un cazador de horizontes, como es Navia. Ilumina su texto un ilustrador de escenas de cuento como es David de las Heras. Y al final de esta andanza de nuestro escritor, tras cartografiar los confines del atlas de la Espaa imaginaria, los lectores vidos de odiseas anhelamos disfrutar con su cuaderno de viaje. Necesitados, como estamos, de cuentos al amor de la lumbre, de relatos al solaz de los jardines.
Julio Llamazares, curioso pertinente, pintor de paisajes geopoeticos, viaja en persona desde unos topicos linguisticos hasta sus origenes. Contrasta la lirica de la fantasia con la realidad prosaica. Desmitifica la toponimia magica poniendoles rostro a los vecinos de carne y hueso que habitan esos lugares. Y no marcha solo en esta aventura. Le acompana un imaginero de semblanzas, un cazador de horizontes, como es Navia. Ilumina su texto un ilustrador de escenas de cuento como es David de las Heras. Y al final de esta andanza de nuestro escritor, tras cartografiar los confines del atlas de la Espana imaginaria, los lectores avidos de odiseas anhelamos disfrutar con su cuaderno de viaje. Necesitados, como estamos, de cuentos al amor de la lumbre, de relatos al solaz de los jardines.